El filme de la factoría Disney LILO & STITCH realizado en el año 2002 nos ofrecía unos exuberantes fondos en acuarela a imagen de Hawái,...
El gran Ohana de las olas surcadas por los surfistas encandila tanto a Stitch que siente en su cuerpo alienígena el STOKE, la pasión y euforia que deja hechizado a los pertenecientes al club de las olas, nombre que en Hawái se daba hace más de cien años a todos aquellos que navegaban con una tabla sobre las olas. Estar "stoked", apasionado, en éxtasis,... en esa intensa sensación que mantiene a Stitch igual que a los surfistas chapoteando en el agua en busca de más.
Grandes olas con la música de Elvis Presley en una animación tradicional donde podemos escuchar algunas de sus canciones como HEARTBREAK HOTEL, STUCK ON YOU, BLUE HAWAII, o SUSPICIOUS MINDS. Junto a sus fotografías que a lo largo del metraje aparecen y que son reales y no dibujadas. Sin olvidarnos de la escena en que Lilo enseña a Stich como ser como Elvis a través de sus observaciones: Bailar moviendo la cadera para impresionar, tocar la guitarra al ritmo del rock y tener la capacidad de amar y enamorarse.
Animación, extraterrestre. Surf y Rock que comienza en un lugar muy, muy lejano, el experimento ilegal genético 626 es detectado: El Dr. Jumba Jookiba ha creado un ser inteligente, fuerte, indestructible y agresivo, que solo cuenta con una debilidad: La alta densidad de su cuerpo hace imposible que pueda nadar en el agua. El científico está condenado a la cárcel por el Gran Consejo de la Federación Galáctica. El experimento se supone que debe ser transportado a prisión por un asteroide, pero se las arregla para escapar del Capitán Gantu, que se suponía que debía entregarlo allí. Con un coche de policía robado, el ser destructivo se dirige hacia la Tierra. Varado en Hawái, el experimento 626 en realidad no puede hacer mucho daño: hay agua por todas partes, ciudades grandes y bien equipadas y dos representantes de la Federación Galáctica que lo siguen de cerca. Pero nunca el Dr. Jookiba y Pleakley, el experto en la Tierra, podrían imaginarse que Lilo, una niña de Hawai, adoptaría el experimento como un perro, nombrándolo y provocando un desarrollo emocional en la pequeña bestia.
Escrito por: © Fernando F. Vegas
